Noticiero Extraterrestre
HEY YOU!
- All in all it's just another brick in the wall -
La situación es así: hoy (14-07) por la mañana me robaron del bolsillo una radio. Estaba subiendo al colectivo de la línea 15, y como siempre llega repleto de personas, es normal que muchos se amontonen en la puerta. Horario de trabajo manda, y por lo visto, también para los ladrones. “¿Al que madruga Dios lo ayuda, no?” Muy bien por ellos que se toparon con un pichi como yo. Una vez adentro del colectivo me saco los auriculares de las orejas para poder pedirle al chofer que me cobre un peso con veinte. Hecha la compra del boleto, intento volver a escuchar a Juan Pablo Varsky (radio Rock And Pop), pero no pude. Simple, ya no había radio.
Lo curioso de esta situación es que desencadenó en mí un millar de pensamientos de todo tipo. Primero los obvio xenófilos que supe descartar rápidamente, luego la ira hacia cualquiera que me rosara o me pidiera permiso para pasar y unos segundos después el “acostumbramiento”. Si, nada más claro para explicar que esto. Sencillamente me acostumbre rápidamente al sentimiento de ser el gil al que recién le habían robado. Una especie de habituación amplificada en fracción de segundos. El razonamiento debe de hacer sido así: -… ¿Y claro, cómo no me van a robar? Pero ¿Por qué? Y bueno porqué sí, porque a cualquier gil le roban, y porque es normal que roben alguna boludez así. -...
Crease o no, me molesto mucho más este detalle, esta especie de conclusión en la que todo parecía lógico y casi matemático, que el hecho mismo de haber sido víctima del hurto. No es la primera vez que me quieren robar, pero si la primera que me roban. Es un detalle nomás, pero el hecho de no haberle visto la cara a ese hijo de puta me perturba mucho. Es como si en vez de haber sido una persona la que lo hizo, lo hubiese hecho un X, un fantasma que me castiga por algo. Por mi abundancia, por mi suerte, por mi pasar o por algo más que no se.
Volviendo al punto del “acostumbramiento” (que mi razonamiento delimitó), no me pareció algo ilógico, algo increíble que jamás podría suceder. Y precisamente eso es lo que desencadena este escrito. ¿Hasta qué punto naturalizamos la mierda que nos rodea y justificamos las acciones de los demás, (sea ladrón o no, sea el tráfico, sea lo que sea), y sobrellevamos una vida con estos razonamientos, que a priori, no parecen nada “normales”? Seguramente esté siendo muy extremista y generalizando demasiado, pero que importa si al fin y al cabo las políticas se toman de la misma forma. ¿Por qué no habría de caer yo en el mismo error y pensar que esto es una injusticia? ¿Pensar que no me lo merezco? O también, ¿Por qué no a mí?
Hay hechos profundamente peores y superiores en daños y efectos a este, pero insisto, no es al hecho a lo que apunto; sino a pensar sobre las cosas que suceden así y en como así las vivimos. Es normal que pase lo que pase.
Viajar en colectivo es inhumano, desde donde se lo mire. La cantidad de personas que se permite subir no es la consentida y ni siquiera la apropiada. La frecuencia es una regla (si es que realmente existe) completamente utópica que no se cumple en ningún horario. En los asientos para discapacitados, embarazadas o personas mayores con movilidad reducida; parece jugarse un deporte perverso en el que triunfa el que mejor se haga el dormido, obvio, para que esos se queden paraditos durante todo el viaje. Del subte solo me voy a limitar a decir: Ídem, sumado obviamente al temita de estar circulando la ciudad unos cuantos metros bajo tierra, con toda la ausencia del aire.
¿Podría seguir? Sin lugar a duda. Podría por caso enumerar las horas perdidas arriba de un colectivo, que parece gatear en una cuidad colapsada por autos privados. O también dar un simple ejemplo: 40 minutos de ida y los mismos de vuelta para ir a la facultad (siendo muy benévolo y sin contar el viaje al trabajo), dan como resultado unos 80 m. por día. De lunes a viernes, son 400 minutos de viaje; al mes son 1600. Y si pasamos la cuenta por año, nos da como resultado, 19.200 minutos de viaje anual. ¿Saben cuánto representa esto en días? Casi 14 días. Los mismos días que tenemos para vacacionar. ¿Es normal? Digo, ¿Trabajar 11 meses, viajar 15 días y vacacionar los mismos?
Acá, no hay conclusión ni tampoco hipótesis. No es un ensayo del estilo Sabato, ni mucho menos pretende serlo. Solo es un escrito, mitad ira mitad desahogo. No tiene análisis previo ni estructura definida, y es como tal, una pura escupida de pensamientos que se contradicen y se expanden casi sin sentido. Escrito con uñas y dientes, narrado sin orden. Solo es así, sin búsqueda alguna.
FM
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