*Recomendación de lectura: Escuchar “Balada para un
loco”,
versión Brancaleone. Así que aprete el PLAY y lea!
Dicen que el chanchito Romero construyó su casa de paja, y
el lobo a puro soplido nomas se la tiró. También dicen que el chanchito Mancu
un poco más trabajador, anduvo mucho tiempo haciendo su casita de madera, pero
que el lobo malo se la prendió fuego. Pero por suerte el chanchito Teo, que de
las malas venía, aprendió que la casa tenía que ser más resistente y la
construyó de ladrillos.
Causal o casual, los tres de arriba tienen a los tres
máximos goleadores del torneo. Así es como River Plate y Teo con 10 están en lo
más alto, seguidos de Mancu color rojo con 9, y apenas detrás Romero de Lanús
que anda con 8. Pero la cosa no termina en esa especie de puntuación de secundario,
donde al primero la profesora le puso un 10 por conservar el invicto, al
segundo un 9 por animarse a jugar más sin mirar para atrás, y al tercero le
clavo un 8 solo por andar medio distraído mirando para otro lado.
La cuestión anda en mirar las asistencias y ver, que la
tabla se invierte. Que este prodigioso zurdo de Independiente no solo ya metió 9
jugando de volante, sino que además sirvió a sus compañeros con 5 pases de gol.
Y si de números hablamos, eso nos daría un resultado de 14 goles, o al menos
participación directa en ellos, de 24 hechos por el equipo. Aplausos Mancu,
solo por eso y por tu último maravilloso gol olímpico que me hacen dar ganas de
ver más fútbol.
Romero, ¿“El lobo de Wall Street”? No, pero de Lanús, claro
que sí. A la sombra de Silva, Blanco, Acosta y demás pasantes del grana siguió
laburando y haciendo bien las cosas. Hoy como titular indiscutible se da el
lujo de ser quien patea los penales, quien marca los goles, y también de tener
3 asistencias. Gracias Lobo querido, y que viva el fútbol en los pies de tu
última jugada para dejarlo solito a Lautaro Acosta para que la mande a guardar.
Y el último chanchito Teo, que ya tiene 10 no tiene pase
gol. Pero, si alguien lo vio jugar, bien sabe que esto es más obra de la
casualidad que de la causalidad. Porque lejos de desentenderse de la jugada, y
solo aparecer de vez en cuando, es uno de los obreros de la construcción del
edificio de este River muñequistico. Pivoteando o gambeteando, como en el
último gol fortuito de Sánchez que termina dando en la cabeza de Shunke en la
Sudamericana, el tipo la juega de 10 por momentos. Y como le gusta y lo hace
bien, nadie le dice nada de nada. Lo dejan ser, algo que tal vez muy pocos
tuvieron ese detalle con él.
Logros, méritos, triunfos, juego, fútbol. Por decir y
enumerar nomas. Pero también podría argumentar laburo y humildad de los tres,
sin que nadie me salga al cruce con una violenta patada literaria. Porque en
este pequeñísimo texto, se busca de buena leche, limpiar con detalles un
deporte bastardeado por cualquier boludo que piensa que por tener la remera de Messi
puede opinar y putear al FÚTBOL. Y sí, si este país es generoso hasta para los
políticos, como no me van a permitir a mí defender un deporte y el espíritu
metafórico de esos tres soldados. Porque no nos olvidemos que a Mancuello en
Independiente lo puteo hasta la mamá, porque a Teófilo lo sacaron cagando de Racing
y de Lanús, y que Romero tenía menos minutos en la cancha que un alcanza
pelotas. Los tres, desde abajo, resistidos, mirados de reojo, supieron ganarse
su lugar. Y ser hoy en día, tres jugadores fijos para el Gran DT. El chivo te
lo dejo gratis Clarín, no te preocupes que no te va a llegar una factura más de
la mano de Sabatella. Dicho sea de paso, gran actor publicitario Martincito.
Hagamos más fútbol al fútbol, mirando los pies de estos
destacados, y disfrutemos de ellos al menos esta temporada, antes de que se
vayan a jugar a Turquía por tres millones de dólares al mes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario